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septiembre 4, 2015Laura Carniello, por mediación de Qin Chong, se reúne con otros dos gigantes del arte contemporáneo chino, Li Tiejun y Zhang Yu, para reflexionar sobre el concepto de «Black and White-ism» de Chong y es recompensada con un fascinante y perceptivo punto de vista a través del prisma de idiosincrasia del pensamiento oriental.
Desde tiempos antiguos, filósofos y escritores se han cuestionado acerca del problema de nuestro origen, preguntándose sobre la esencia primitiva de la vida humana. Algunos de ellos pensaron que, con intención de conseguir una nueva perspectiva en nuestra condición original, la humanidad debería volver a su ideal momento de germinación; aunque ninguno de ellos coincide en dónde ni cuándo se dio este contexto ancestral. Otros creen que no es preciso buscar un lugar específico, sino que debemos tantear detenidamente nuestro yo interior, persiguiendo hallar nuestra naturaleza primaria dentro de nosotros mismos. El conocido artista visual, conservador de arte y director de la 99 Art Gallery, Li Tiejun, tiene unas ideas muy personales al respecto, y frecuentemente se pregunta «¿A qué lugar pertenecemos?». Es también por esta razón que decidió tomar parte en el debate que Qin Chong inició, compartiendo conmigo sus reflexiones acerca del «Black and White-ism» («Negro-y-blanquismo»).
Tiejun tiene un destacable currículum a nivel internacional. Tras asistir a la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Lu Xun, en la provincia de Liaoning, enseguida entró en contacto con el arte contemporáneo extranjero. Entre 1990 y 1997, residió en Bolivia, pasando los tres años siguientes trabajando en España. A pesar de su «extravagante» experiencia, desde hace relativamente poco tiempo (a partir de 2008), Li Tiejun ha cambiado el curso de su arte, entrando en un estado más profundo y meditativo. En sus dibujos a tinta, podemos observar su preocupación por la sociedad contemporánea y sentir su constante deseo de alcanzar la libertad. En su opinión, un artista, durante el proceso creativo, debe concentrarse en una dirección conceptual específica, manteniendo una posición clara, individual y única. Por esa razón admira el evidente poder alusivo en cada uno de los trabajos de Qin Chong, revelando como hacen las auténticas ideas del artista y su visión personal de la vida contemporánea. Del mismo modo, los cuadros de Li albergan una matiz de preocupación y responsabilidad para con el mundo que le rodea. Tiejun cree personalmente que «un artista debe atesorar su vida de forma responsable, ofreciendo al santuario de la sociedad todas las experiencias personales de su vida». Siguiendo este principio, acogió de buen grado la oportunidad de aportar su propia contribución al fluyente debate sobre el polifacético tema del Negro y Blanco. En primer lugar, como se dijo anteriormente, el contenido intelectual de su trabajo ya sugiere una preparación para reflexionar sobre los asuntos humanos contemporáneos y, por supuesto, la tinta, empleada en su técnica como su medio natural, le lleva a considerar el significado de este amplio tema. Normalmente, Li Tiejun se extiende en el concepto de «niebla» («wu» 雾), que se torna en el centro de su trabajo y lenguaje artístico, representando la síntesis de sus reflexiones acerca de los últimos diez años.
Afirmó: «En el presente, puesto que nos enfrentamos a un proceso de estandarización del mundo y globalización, la forja de un término como ´Black and White-ism’ y la promoción de una investigación internacional en torno a él significa, sin duda, que han ganado una nueva y significativa importancia. Ya no es un asunto confinado al mundo oriental, sino que es un medio cognitivo, que trasciende las divisiones estereotipadas y contradicciones entre las culturas occidental y oriental». Entonces pasó a hablar sobre el núcleo de la herencia de su país de origen: «Para llegar al corazón de la civilización oriental, debemos descubrir su esencia. Lidiando con los asuntos cotidianos, naturalmente nos damos cuenta de que no son tan lineales como en principio parecen, sino que por el contrario deben ser analizados a través del prisma del ancestral concepto chino ‘Taiji’, a saber, la coexistencia de dos opuestos encarnados en la emblemática contradicción ‘Negro y Blanco’. En el contexto artístico, desde el momento en que un artista contemporáneo se considera un miembro activo de la sociedad, este concepto es útil a la hora de la inserción en la realidad de una forma completa». Finalmente, para hacerme entender mejor la manera en que este modo de pensar está basado en sus tradiciones, Li recurrió a otra imagen, mencionando uno de los más importantes clásicos del pensamiento chino (clasificado dentro de los «Cuatro libros» del Confucianismo), el Zhong Yong 中庸 («La doctrina del justo medio»). «De acuerdo con los principios del Zhong Yong, la humanidad puede alcanzar el equilibrio en la vida», declaró.
Li Tiejun sabe muy bien que el arte contemporáneo no es sino el resultado de los cambios ocurridos en el contexto social, cultural, político y económico en que vive. Además, cree que ese devenir es la base de cualquier desarrollo. Un país que nunca está rodeado de problemas rara vez produce un representativo y maduro tipo de arte contemporáneo. Consecuentemente, comenzar el debate sobre el «Black and White-ism» podría probar que se trata de una estimulante y amplia fuente de inspiración para numerosos artistas.
«La gente hoy en día piensa de forma demasiado compleja e ignora lo ‘Esencial’. Nuestras vidas son un continuo proceso en curso, pero sus cimientos son inalterables. A mi modo de verlo, ‘negro’ y ‘blanco’ no son solo colores, sino que representan un concepto más complejo. Tipifican el origen de todas las reglas naturales y siempre han sido una dicotomía que concede al hombre el poder de resumir las verdades del mundo. Además, blanco-negro es la epistemología de cómo el hombre ha entendido el noúmeno del arte a través de la historia. Brevemente, la razón por la que ´negro’ y ‘blanco’ están tan cargados de significado, en esta era en particular, es que este par de opuestos está estrechamente ligado al origen y la Esencia de la existencia del hombre».
Li Tiejun reconoce que el deseo de Qin Chong de promover esta investigación no está sólo ligado con su clara trayectoria artística, sino también a la crítica de sus colegas y el mundo material que han creado. El gran progreso que nuestro incesante desarrollo científico, tecnológico y económico ha producido ha mejorado, sin duda, nuestra calidad de vida, pero nos ha privado de sus verdaderos valores, distanciándonos de nutrir nuestro mundo espiritual. Este tipo de desorientación engañosa moderna ha causado el declive de la naturaleza común humana.
Li Tiejun observa: «Las cuestiones que la humanidad más suele sopesar son aquellas relacionadas con su existencia, tales como ‘¿De dónde vengo?, ¿Quién soy?, ¿A dónde voy?’. Para abordar este problema, debemos intentar superar la apariencia y mirar la verdadera esencia de las cosas. Todo fenómeno es ilusorio. Llegar a la ‘raíz’ de las cosas significa retirar el velo de apariencia y explorar la naturaleza interna de uno mismo. Una mesa, por ejemplo, es un trozo de madera, si consideramos su combinación presente, pero realmente su ser original está en una semilla».
En resumen, Li piensa que el «Black and White-ism» en la actualidad incorpora un significado de «Verdad». Es fruto de la civilización oriental, pero al mismo tiempo ofrece un puente de intercultural y gratificante comunicación hacia Occidente. En efecto, el concepto de armonizar dos ideas opuestas puede ser muy valioso a la hora de asistir a intelectuales occidentales a encontrar lo que yace entre dos -aparentemente incompatibles- polos opuestos. Hace treinta años, cuando China abrió sus mercados, la influencia de la cultura occidental se volvió más y más incontenible; actualmente, por el contrario, los paradigmas de pensamiento del oeste parecen haber asimilado la «doctrina del justo medio» inherente en la sabiduría china. Occidente necesita una nueva forma de acercarse a la realidad, un camino que llevará a una libertad sin límite.
Seguidamente tuve el placer de entrevistar a Zhang Yu, quien trasladó el debate de forma fascinante a un punto más allá de «Negro y Blanco», en busca del punto intermedio entre ambos. Zhang Yu es uno de los más destacados y seguramente uno de los más revolucionarios exponentes de la tendencia del dibujo a tinta experimental. Su espíritu innovador le lleva continuamente al desarrollo de nuevas ideas artísticas y, gradualmente, le permite dejar atrás su escuela de pintura original, así como la moda universal del dibujo a tinta que un día representó. En esencia, se ha desvinculado de dibujantes abstractos. En la actualidad, su lenguaje creativo, su exploración conceptual y sus teorías sobre el arte han ganado una gran madurez y definición, y por consiguiente sus obras son reconocidas internacionalmente.
El arte de Zhang ha evolucionado a través de un proceso de «sustracción»: comenzó con una forma de usar los materiales para plasmar ideas abstractas y, finalmente, alcanzó un punto en que explora las posibilidades expresivas del propio material. Le gusta referirse a ello como «ir más allá de pintar». En otras palabras, el artista corta su relación directa con su obra, intentando redescubrir un tipo de «pre-lenguaje». Solo queda una interacción, exactamente, la respuesta de la tinta, el agua y el papel al espacio.
El artista ha publicado recientemente un nuevo libro: «Art Makes Me» («El arte me hace a mí»), que aclara la dirección artística que sigue, que es un proceso constante de exploración, y sus creencias creativas, resumidas en la declaración: «El arte está más allá de las categorías, técnicas y materiales». Lo que realmente comunica el significado de su trabajo artístico es la práctica, el espacio, el tiempo y el proceso total asociado con ellos.
Sobre el concepto de «Black and White-ism», Zhang Yu cree que solo puede ser tratado como una cuestión filosófica con la que todo artista que trabaje en blanco y negro se topa, fuera de la amplitud del conocimiento de cada uno. Pero ¿cuál es la cuestión fundamental de este «ismo» según Zhang Yu? Antes de compartir con nosotros sus pensamientos, mencionó un dato histórico relevante: «Tras las reformas políticas y la apertura de China durante los años 80, la cultura occidental literalmente inundó nuestro país, hasta el punto de afectar profundamente la forma de pensar de nuestras gentes. Nuestras estructuras nacionales parecían permitir que esta tendencia tuviese lugar, adoptando un tipo de asimilación de ‘tráelo todo adentro’. En los últimos años, los artistas se han dado cuenta finalmente de que era el momento de tener en cuenta de nuevo lo tradicional, que ha sido descuidado durante mucho tiempo. Así, he aquí nosotros hablando de este tema tan importante». En la opinión de Yu, la discusión iniciada por el «Black and White-ism» aún debe resolver la relación natural entre los opuestos conceptuales de negro-blanco y ying-yang. Él cree que estos dos pares no son equivalentes y que su relación no ha sido definida todavía. Además, cree que «no se trata solo de los dos polos, sino que deberíamos considerar también lo que hay entre ambos, ese ‘medio’ en que nadie se ha centrado antes. […] He pensado mucho acerca de este punto de inflexión y creo que también puede estar relacionado con la diferencia entre la lógica especulativa oriental y occidental. Por todo esto, veo este concepto como algo que concierne a cada uno de los ámbitos del conocimiento. La forma de encontrar un ‘camino intermedio’ es una de mis prioridades».
En el mundo de la creación de arte, donde manifestaciones visuales muestran de infinitas formas puntos de vista y pensamientos personales, es posible recapacitar sobre materias profundas sin recurrir a la palabra. De todas formas, en este caso Zhang Yu, que usa la riqueza de su lengua materna, consigue explicar principios creativos: «El dibujo a tinta tradicional chino también radica en la dicotomía del blanco y negro, pero debemos entender que el ‘Black and White-ism’ no es el equivalente al dibujo a tinta, o a la pintura monocromática. Primero de todo, deberíamos considerar estos dos opuestos como un todo, en lugar de como dos partes divergentes. Hay dos dichos tradicionales en la historia de la pintura y la caligrafía china que nos dicen que se considere el negro como blanco y el blanco como negro, y al mismo tiempo, que el negro es negro y el blanco es blanco. Luego estoy bastante convencido de que el quid de la cuestión definitivamente no es la tensión entre dos polos, sino que se requiere la observación del infinito espacio que encierran entre ellos. Es por esta razón que no creo que la expresión ‘Black and White-ism’ sea un término independiente, sino que orienta hacia un punto de referencia, ya que, en general, el negro y el blanco están mayormente relacionados con la idea de ‘técnica artística'». Finalmente, Zhang Yu puntualiza: «El negro no es importante, el blanco no es importante. El agua es lo único que cuenta. El agua es el elemento que sostiene la civilización humana, es la fuente de la vida, el origen de todos los seres vivos. Nuestra cultura se basa en el agua, mientras que la cultura occidental se basa en el mineral. De ahí que el agua, la tierra y el mineral sean indivisibles».
El agua siempre ha sido un elemento básico en la obra de Zhang Yu. Su instalación «Agua-Tinta», por ejemplo, transmite el poder de transformación y las perdurables propiedades del agua. Este trabajo, en efecto, trataba sobre los cambios paulatinos que el agua había causado en otros materiales. Los rollos de pergamino colgados en las paredes de la sala estaban sumergidos en agua por la parte de abajo. Como resultado, el agua se fundía gradualmente en el interior del papel, como se podía observar en la forma en que el aspecto del papel cambiaba visiblemente. De esta forma, el agua continuaba existiendo bajo otra forma, incluso aunque a simple vista hubiese desaparecido. Es más, las creaciones de Zhang Yu son concebidas como la suma de diferentes elementos, no son simplemente el reflejo de su propia cultura, sino que también encarnan los numerosos problemas a los que la gente se enfrenta en el mundo contemporáneo. El artista cree que buscar lo que existe en medio de los dos imperturbables extremos nos permite investigar un más amplio rango de posibilidades, para descubrir más soluciones. Ésta debe ser la forma de paliar la tendencia generalizada de ensalzar las diferencias entre China y el mundo occidental, atesorándolas y colaborando como grupo para encontrar un espacio compartido común y, así, un modo de comunicarnos mejor. «Internacionalización» y «anular distancias culturales» son los procesos clave que caracterizan la nueva dirección del arte contemporáneo.
Zhang Yu me dejó tras hacer una oportuna observación acerca del futuro desarrollo del arte internacional, en el que, con suerte, el debate sobre el «Black and White-ism» tendrá un papel importante: «Hoy en día, muchos artistas internacionales fallan a la hora de producir obras destacables, ya que hay una carencia generalizada de cuestiones e ideas sobre las que puedan reflexionar; y se debe a la crisis espiritual que estamos atravesando. El arte abstracto está afrontando, a su vez, el desafío de mantener su poder innovador con vida. ¿Qué más nos queda? ¿Qué posibilidades hay de que el arte no se diluya en el futuro? Realmente espero que este debate abra nuevas puertas a la meditación. Ciertamente, los países occidentales en el pasado introdujeron numerosos conceptos importantes en nuestro modo de pensar, pero en nuestra sociedad globalizada actual, en que los intercambios culturales son cada vez más y más frecuentes, quizá este debate sea recibido por los eruditos como una ‘soplo de aire fresco’ proveniente de nuestro país. O, tal vez, esto no ocurra y persevere como un asunto oriental. Al fin y al cabo, los occidentales están tan acostumbrados a considerar el blanco y el negro como colores que no resulta sencillo que los vean desde un punto de vista filosófico, como la gente en China hace. De todos modos, dudo si la cultura occidental podría sustraer una gran inspiración de nuestro pensamiento tradicional, especialmente si queremos concentrarnos en la idea de una ´verdad en medio’, olvidando el concepto de los opuestos preestablecidos. En mi opinión, se trata también de un preciado punto de inflexión para los artistas de mi país. Así que centrémonos en lo que hay entre el blanco y el negro y no en ese ‘ismo’. El término ‘ismo’, acuñado durante el último siglo, debería ser un tabú para nosotros los artistas contemporáneos, porque puede atraparnos dentro del paradigma del modernismo».
Y así, Zhang Yu afirma que, según él, a la luz de este nuevo conocimiento compartido, el arte del dibujo a tinta no tendrá el mismo carácter que antes, y con suerte se volverá un medio internacional de expresión que, libre de restricciones y normas establecidas, triunfará a la hora de mostrar una íntima y única pincelada del mundo tangible que nos rodea.
Traducido por José Luis Munuera García