Cacao, un poco de azúcar y mucha pasión
marzo 25, 2016Negro o blanco, ¡pon diamantes en tu plato!
mayo 17, 2016Adele en un estadio, tras años evitando escenarios tan grandes como éste. Además se trata de uno de los festivales más multitudinarios del mundo: Glastonbury.
Mark Beech, arduo seguidor de la carrera de la artista, nos trae sus impresiones al respecto.
Cuando Adele comenzó su tour hace un mes, parece que más de un fan estaba preocupado por cómo iba a sobrellevarlo. Algunos de los presentes entre los 11.000 asistentes al SSE Arena en Belfast se mostraban inquietos ante algunas informaciones publicadas acerca de un posible miedo escénico de la cantante, encubierto como «errores técnicos» durante su actuación en los Grammy.
Mientras esperábamos las primeras notas, la gente estaba convencida de que el ímpetu de su ídolo haría que no les defraudara. Estaba claro que la velada de dieciocho temas que teníamos por delante había sido cuidadosamente (y espectacularmente) coreografiada. La aparición en escena de Adele realmente nos llegó a todos.
No soy un gran fan de Adele, pero admiro su trabajo y he sido uno de los críticos que más ha apoyado su carrera. En Belfast, me encontraba a gusto rodeado por verdaderos fanáticos de la cantante y resultó inútil cualquier tipo de crítica ante (no exagero) éxtasis que alcanzaban los asistentes, especialmente tras escuchar «Rolling in the Deep» y recibir una lluvia de confeti con fragmentos de la letra del tema. Guardé uno de los pedazos, en el que estaba escrito «I like it in the city when two worlds collide» («Me gusta la ciudad cuando dos mundos colisionan»).
La interpretación de los temas conllevaba una puesta en escena repetida en sus anteriores actuaciones por Reino Unido e Irlanda, incluidos los efectos e imágenes. Si estás pensando en ir a verla a alguno de los conciertos para los que queden entradas, ten presente que hay varias cosas que no verás. Se trata de un concierto de Adele, lo que significa que no habrá elaborados y continuos cambios de vestuario, al estilo Beyoncé. Seguirá modestamente el ritmo de la música, pero no interpretará complicadas coreografías al estilo Madonna. Ella no escenifica ninguna espectacular excentricidad.
Uno de mis amigos más rockero me pidió que prestara especial atención a responder esta pregunta: ¿cómo se porta la gente en una concierto de Adele? Es una buena pregunta. La mayoría de la gente se comportaba educadamente, siguiendo con los labios las letras. Salvo algunas excepciones puntuales de especial entusiasmo por algunos temas (y, por supuesto, las ovaciones entre canciones), la poderosa voz de Adele prevalecía.
Otro modo de empatizar con la audiencia fueron las intervenciones que la cantante hacía entre canciones, cuando aprovechó para contar anécdotas sobre su vida personal y profesional: desde historias sobre Leonardo DiCaprio y Jennifer Garner a las trastadas de su hijo Angelo. Compartió vivencias e interactuó con el público en algunos momentos.
He estado escribiendo sobre Adele bastante tiempo. Hay un grupo de críticos en cuya naturaleza está el hacer sangre de cualquier tipo de música comercial. A mí eso no me importa: si es buena música, es buena música. De hecho me inclino más a destacar algo que vende que a intentar derribarlo. Cuando salió a la venta «21» fue un potente álbum al que di una muy buena nota. Parece haber un complot de calculada frialdad por parte de otros escritores que solo dan puntuaciones buenas a trabajos oscuros o difíciles, algo que «21» y «25» claramente no son.
Tras confirmar su asistencia a Glasto, preveo que algunos podrán levantarse para decir que Adele hace música para quienes no entienden de música, y a quienes probablemente no les guste el rock, que es lo contrario de la audiencia que asiste a este evento. De todas formas, debo decir que esta opinión es injusta. Precisamente en un lugar como Irlanda del Norte, la música es entendida y acogida de forma universal, por lo que hay sitio tanto para grupos de heavy metal como para cantantes del estilo de Adele. Guste o no, es difícil negar que ha hecho feliz a mucha gente, y que ha sabido permanecer ahí en una época de agitación y descargas de música ilegales. ¡Ánimo chica, te necesitamos!