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octubre 27, 2020Todos los Santos o de Todos los Pecadores: El Frágil Esplendor de las Fiestas Olvidadas
noviembre 1, 2020La conmemoración de los muertos tiene culturalmente un arraigo muy grande en nuestra provincia, hermanándonos con América Latina, siguiendo una tradición nacida de la unión de supersticiones ancestrales y las convicciones religiosas cristianas, que los antepasados recibieron de los misioneros, en épocas de la colonización de nuestro continente.
El día en que veneramos a los difuntos es el 2 de noviembre o “día de los Fieles Difuntos” ya que el 1 es el día de Todos los Santos para los católicos.
En esta ceremonia una de las leyenda dice que Dios abre las puertas del cielo y los difuntos bajan a la tierra a ver a sus seres queridos y por ello los familiares y amigos los reciben con todas las cosas que le gustaban en vida, y se cree que se quedan entre nosotros desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente. Es por ello que en ambos días se realizan diferentes rituales, y sobre todo los sentimientos encontrados de alegría y tristeza simultáneamente. Todo es realizado fundamentalmente por las familias que han perdido un ser querido durante los tres años consecutivos del fallecimiento, y a medida que van pasando los años la solemnidad y el esfuerzo en la preparación van disminuyendo
El rito comienza el 31 de octubre cuando se reúne la familia a cocinar las preparaciones que le apetecían a la persona muerta y a amasar panes con formas: una escalera para que baje el alma del cielo a visitarnos, ángeles, palomas para que la lleven de vuelta, coronas, animales, figuras antropomorfas, cruces.
También se confeccionan coronas de flores de papel ya que en nuestras regiones, Puna y Quebrada de Humahuaca, es difícil de encontrar flores frescas. A todo esto le llamamos “ofrendas”.
Si vamos a cualquier mercado de la provincia encontramos, ofrendas de pan ”tocoris” (la flor de la cebolla), chicha, coronas con flores de papel, velas, etc. Todo lo necesario para el rito.
El día primero de noviembre en las casas en una amplia habitación preparan «La Mesa con Ofrendas» que consiste en un ramo de flores naturales que ocupa el centro de la mesa; un vaso de Agua Bendita en el que las Almas esperadas dejaran su Bendición, también platos con dulces tradicionales, pochoclos (maíz inflado, todos estos platos con comidas y frutas eran del agrado del alma. No puede faltar el vino y la “chicha” (bebida hecha con maíz o maní fermentado), ni las hojas de coca.
Si el Difunto era de edad, el mantel que cubre la mesa es de color negro y si fuera “angelito” (un niño) de color blanco. Preside la mesa una fotografía del difunto, con velas encendida.
Se recuerda al difunto charlando sobre él en la familia y con los amigos mientras circulan bebidas como café, vino, chicha y se fuma y “coquea” (mastica hojas de coca) por el finado. Se cree que las almas comen y toman durante esa noche y por eso se permanece acompañándola hasta la madrugada.
En algunas casase cantan coplas
“El día que yo me muera
dos velas me han de poner,
una para bien morir
y otra para no volver”
El ritual de los Muertos se festeja en tres años consecutivos. En el primer año reina la consternación y el respeto y vivo el recuerdo del Difunto. El segundo año es más reconfortante, los ánimos más fortalecido convierten en divertida la reunión con relatos de anécdotas, adivinanzas, y cuentos. El tercer y último se realiza «El despacho del Alma» que tiene un sello original.
En la mañana del 2 la familia concurre al cementerio llevando las flores de las cebollas y las coronas de papel y algunas ofrendas para adornar las tumbas.
Después del medio día todo aquello “que no comió el almita” es compartido entre los parientes y amigos en una verdadera comunión.
En este momento, en que el comercio nos bombardea con una tradición celta que nada tiene que ver con nosotros y nuestros niños (y algunos adultos) se disfrazan y piden caramelos por nuestras calles ,los mayores debemos defender nuestra cultura compartiendo con los menores estos rituales que son sin lugar a dudas una de las expresiones más autenticas de lo que son las celebraciones populares que mezclan algo de creencias católicas con ritos y costumbres de los pueblos originarios de Latinoamérica.