Dia De Los Difuntos En Jujuy, Argentina
octubre 29, 2020LAS CENIZAS DEL MAÑANA
diciembre 3, 2020por Eliana Corbari
tr. Eunate Mirones Lozano
La noche de Hallloween es la fiesta de los espíritus. Pero, al alba del nuevo día, vampiros y fantasmas vuelven a las oscuras profundidades y dejan espacio al frágil esplendor de la fiesta de Todos los Santos.
La palabra Halloween – de uso reciente en lengua española y asociada sobre todo a las películas de terror de Hollywood, a las calabazas iluminadas, a los dulces, fiestas de disfraces y objetos de consumo inspirados en el asunto – deriva del inglés antiguo All Hallow Even; en otras palabras significa la víspera de la fiesta de Todos los Santos.
De hecho, Halloween cae el último día de octubre, justo antes del uno de Noviembre, día de Todos los Santos. Partiendo de los Estados Unidos y la Gran Bretaña, la comercialización de Halloween ha tenido un gran éxito; tanto que el frenesí de consumo ha aumentado hasta el punto de parecerse incluso al furor de las compras que preceden la Navidad. Y, así pues, en los pases de consumo se desvanece la historia de las fiestas de Navidad y de Todos los Santos. Y junto con la desaparición de su historia, se olvida también su poderoso significado simbólico, de reflexión y misterio.
En los países de consumo – en los que la felicidad prometida se parece a la que Pinocho esperaba encontrar en el país de los juguetes – los calendarios son fundamentalmente instrumentos de marketing. Sin embargo, los calendarios no son inmutables: al contrario, durante siglos la fijación de los calendarios ha sido motivo de disputa y un medio de afirmación de autoridad. Eso, en parte, porque el concepto y la medición del tiempo señalan costumbres y eventos. También porque los calendarios crean en la memoria colectiva un sentido de la propia existencia dentro de una narrativa más extensa, junto con una conexión con la diversidad de otro. Los calendarios muestran el imaginario y la identidad colectiva. En algunos países el primero de noviembre es todavía hoy fiesta nacional.
Yo prefiero llamar a este día la fiesta de Todos los Santos o de Todos los Pecadores; porque en cada ser humano existe la capacidad de perfección luminosa al tiempo que la oscuridad del pecado. Así pues, es ésta una fiesta que celebra también el frágil esplendor de la existencia humana.
En general las personas se consideran santos sólo después de muertos. No obstante, en la tradición cristiana los ángeles forman también parte del círculo de los santos. Un ejemplo de su importancia y belleza en el imaginario colectivo del Medioevo se puede ver en la espectacular pintura de ángeles y santos retratados en el díptico conocido como el Wilton Dypthic. Esta obra anónima es hoy parte de la colección de arte de la National Gallery de Londres de acceso gratuito.
Pero, la fiesta de Todos los Santos no se refiere a los santos de estirpe real que están de pie al lado de San Juan Evangelista y Ricardo II de Inglaterra. El primero de noviembre celebra los ángeles anónimos que rodean a la virgen con el niño Jesús. O bien, el primero de noviembre es la fiesta de todos los no-famosos. Si es cierto que vivimos en una cultura obsesionada con los famosos; esta fiesta va de cierto contra corriente, ya que celebra el extraordinario potencial de la existencia humana habitual.
Todos los Santos es una fiesta igualitaria en cuanto que fue instituida pro la Iglesia para celebrar los santos y santas menos conocidos. En otras palabras, esta fiesta celebra a aquellos que no se recuerdan el resto de días del calendario litúrgico. Me explico: en el calendario litúrgico, en el cristiano, cada día se celebra un santo del que se recuerda el nombre. Cada fiesta puede ser reconocida universalmente, como la fiesta de San Miguel Arcángel, que ce el 29 de septiembre; o bien, varían según el tiempo y el lugar. A veces, denominaciones cristianas distintas recuerdan santos diferentes. Un ejemplo claro es el de los mártires protestantes ingleses, que no se incluyen en el calendario romano, y viceversa; triste herencia de la Reforma y Contra-reforma que tuvieron lugar en los reinados de Enrique VIII e Isabel y MAria Tudor.
Hacia el fin de noviembre tiene lugar la fiesta de una santa que durante siglos se ha celebrado en toda Europa, pero que hoy se olvida con frecuencia: el 25 de noviembre es la fiesta de Santa Catalina de Alejandría. Hoy dia, la cultura popular británica, relaciona el nombre de Catalina con fuegos artificiales en forma de rueda, Catherine’s wheel. Sin embargo, el significado de la rueda y la leyenda de Santa Catalina de Alejandría han caído en el olvido. En parte porque se confunde a menudo con otra santa, Catalina de Siena. Esta otra Catalina ha sido y sigue siendo muy famosa; hace poco el vaticano le ha concedido los títulos honoríficos de Matrona de Italia y doctor de la Iglesia. Ya en vida era considerada una santa. Se escribieron odas y poemas en su honor, dejó numerosos escritos, y tuvo numerosos admiradores y discípulos. Sus seguidores la llamaban mamma, reconociéndole a un tiempo autoridad y amor, del mismo modo que hacen ahora los admiradores de Lady Gaga y de la madre Teresa de Calcuta. De modo que es posible que la fama de santa Catalina de Alejandría haya sido anulada por la de su homónima súper estrella italiana.
Quizás, más desconcertante es el hecho de que la existencia de Catalina de Alejandría haya sido puesta en cuestión últimamente, y en consecuencia, Catalina haya sido más o menos desplazada del calendario litúrgico de la iglesia romana en base a la carencia de pruebas históricas. Esta decisión la tomaron estudiosos católicos de acuerdo a parámetros científicos probados. En cualquier caso, traer a colación pruebas históricas como base de la fe cristiana, parece, desde el punto de vista teológico, falaz, sino ridículo. Merece la pena recordad a Catalina de Alejandría por diversos motivos. En primer lugar porque su nombre aparece en numerosas localidades, por no hablar de iglesias y monasterios. Los ejemplos que siguen demuestran que, partiendo de medio oriente, su fama se extiende por desiertos, valles y ciudades. En el desierto egipcio del Sinaí se encuentra el monasterio de Santa Catalina de Alejandría, en el que se preservan sus reliquias; en la ciudad de Pisa, no lejos de la torre inclinada, la iglesia de Santa Catalina preside la homónima plaza. Hoy una escuela diocesana, Santa Catalina de Alejandría, surge en el Medioevo como convento y escuela de los padres dominicos; y fue la sede de una magnifica biblioteca donde se escribieron traducciones de textos sagrados en lengua vulgar, generalmente muy apreciados por las mujeres de entonces. Más al norte, en el bucólico valle ingles de Saint Catherine, aparece como una joya medieval la pequeña iglesia de Santa Catalina de Alejandría; originalmente construida pro loa monjes benedictinos de la abadía de Bath; que es hoy parte de la diócesis de Bath and Wells.
Un Segundo motivo para recordarla es una película reciente titulada Katherine of Alexandria. Esta película, a pesar de tener una trama que tiene más que ver con las leyendas medievales que con su vida, revista en cualquier caso la tragedia de sus vivencias. Un relato medieval centrado en una mujer de gran intelecto y coraje se convierte en la película una historia de sexo y poder. Catalina, que en los relatos medievales se retrata como una mujer de estirpe real que convierte a hombres y mujeres gracias a sus enseñanzas y predicamentos, se convierte en la película en una chica nómada e indigente, que ha crecido y ha sido instruida por un emperador libidinoso, y que acaba por ser el germen de una revuelta militar contra n poder político injusto. Si esto no fuera suficiente, la famosa rueda que en las pinturas y relatos medievales representa la fuerza de la oración de Santa Catalina, se transforma en la película en una especie de crucifixión. Esta película demuestra uno de los peligros que se corren al cancelar de la memoria los viejos mitos; es decir, cuando los viejos mitos desaparecen se reemplazan por otros nuevos. Y los mitos no son simples fabulas para entretener a los niños; los mitos nos permiten reflexionar sobre la condición humana.
El tercero, y probablemente el más importante motivo para recordarla, es su enorme popularidad en la Europa medieval, sobre todo entre las mujeres medievales, para las que esta santa representaba un modelo de mujer muy instruida y de carácter fuerte. Catalina había estudiado, viajado, había disputado con los filósofos, y predicado. Son abundantes los manuscritos y los libros antiguos en las bibliotecas europeas que contienen relatos de su vida escritos en latín y en lengua vulgar. Estas hagiografías no son idénticas, varían en detalles, en función del lugar y la lengua en que se escriben, y de los que las encargaban y el público al que iban dirigidas. Probablemente la versión medieval más difundida se encuentra en la Legenda Aurea, escrita por el dominico Jacopo da Varazze.
Durante el día que se festejaba a Santa Catalina se predicaban sermones en su honor. Además de las celebraciones litúrgicas, los festejos incluían a menudo música, bebida y comida donadas por la gente rica. Durante siglos se han representado imágenes de Santa Catalina de Alejandría con su rueda en forma de escultura, vidrieras y pinturas. Por ejemplo, Fra Angelico la pintó alado de muchas otras santas y beatas en un retablo que se conserva hoy día en el Museo de San Marco, en Florencia. Santa Catalina de Alejandría es la primera mujer por la derecha, reconocible pro la corona y la ineludible rueda. Al lado de ella, Fra Angelico pintó también muchas otras mujeres con la aureola, pero el nombre de alginas de ellas es hoy desconocido. Así pues, la fiesta de Todos los Santos es también para estas mujeres.
En estos días de fiesta de noviembre, tomando el ejemplo de las gentes del Medioevo, los más ricos podrían pensar en ayudar a los que son más pobres que ellos. Aquel que estuviera en Londres, podría visitar el Victoria and Albert Museum, también abierto al público gratuitamente, y contemplar la esplendida escultura de Santa Catalina de Alejandría de origen germánico; y recordar que las mujeres en el cristianismo no se han representado siempre como humildes y obedientes. Estas mujeres han demostrado una importante fuerza de voluntad y gran intelecto.
El relato de la vida de Santa Catalina podría parecer extraordinario, pero las vidas de santos y santas son fuentes de historias que podrían parecer fuera de lo común. Por ejemplo, en los primeros siglos del cristianismo, no era extraño que algunas santas se travistieran en hombres; a veces para poder entrar en monasterios masculinos y tener así acceso a los estudios. Así pues, las hagiografías muestran los primeros testimonios de travestismo y fluidez de roles de género. Pero esto es otra historia.
El día que sigue a la noche de Halloween, durante la evanescente fiesta de Todos los Santos y “Todos los Pecadores“. La contra cultura cristiana admira la creatividad de tantos seres humanos que han tratado las maravillas de lo creado. Ésta es una fiesta para celebrar a las personas no famosas que, en la extraordinaria cotidianeidad de sus vidas, han permitido que fragmentos de paraíso sean visibles, tocados y sentidos aquí en la tierra; en una tentativa de participar de la maravillosa tarea de recordar el frágil esplendor de las fiestas olvidadas; tal es el frágil esplendor del amor humano.