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Setembro 11, 2015Ainda Podemos?
Setembro 27, 2015Con el paso de los años, Massimo Gava ha tenido ocasión de encontrarse con Laura Pausini en diferentes momentos de su carrera. A medida que ella ha evolucionado, de una jovencita cantante de pop a una estrella de fama internacional, él ha sido poco a poco cautivado por la profundidad de la cantante, así como por su integridad tanto personal como artística. Ahora él sigue de cerca los pasos de “La Pausini”.
por Massimo Gava
Me encontraba yo en Nueva York, una nevada noche de invierno, cuando animado por mi compañero de viaje (aunque receloso, puesto que nunca había tenido un especial interés por la cantante) nos dirigimos a la presentación del primer disco de Laura Pausini en inglés.
Sabía que ella había ganado el Festival de San Remo (en el que se basa el de Eurovisión) hacía casi una década, en 1993, con una canción que trataba sobre una adolescente que contempla con penuria el pupitre de su novio Marco, vacío tras la mudanza a otra ciudad del mozo en cuestión. El tema “La solitudine” (“La soledad”) se convirtió en todo un éxito adolescente y sonaba continuamente en radios y televisión, por lo que resultaba imposible huir de ella. Debo admitir que alguna vez me sorprendí a mí mismo canturreando “Chissa se tu me pensarei...” (“Quizá si tú piensas en mí…”), aunque no era santo de mi devoción. En la época, Laura era una tímida chica de 18 años de Solarolo, una pequeña localidad de la región de Emilia Romagna. Parecía estar predestinada a ser una cantante con un hit y un éxito pasajeros.
“¡Hey, Nueva York! ¡Soy Laura Pausini, vengo de Italia y estoy aquí para presentaros mi nuevo álbum ‘From the Inside’!” saludó en perfecto inglés al público, en cuanto subió al escenario. Aunque le costó un poco (probablemente por el contraste que suponía para la audiencia estadounidense, habituada a otro tipo de estilo musical), el inesperado estilo rockero de La Pausini acabó in crescendo animando a los asistentes, que recibieron encantados camisetas y copias promocionales del álbum. Su single “Surrender” (“Rendirse”) alcanzó el número uno en las pistas estadounidenses, por encima de Madonna, Whitney Houston y Justin Timberlake.
Unos años tras aquella noche en Nueva York, fui en viaje de negocios por varios países de América Latina. Tras visitar Chile, Argentina, Colombia y Brasil, pude escuchar en numerosas ocasiones una canción que parecía ser el nuevo éxito de la temporada en todas las radios: “Volveré junto a ti”. Resultaba imposible escapar de aquella hermosa voz y romántica melodía. Incluso fue banda sonora de un anecdótico momento que viví con un adorable matrimonio que me acogió en mi paso por Cuba.
En el viaje de vuelta a Londres, hice escala en São Paulo (Brasil) donde volví a escuchar el tema, mientras esperaba mi siguiente vuelo. “¡Ésta es la mía!” me dije, y me dirigí a una tienda de discos en la terminal, donde, para disfrute del dependiente, tarareé la canción con la esperanza de que la reconociera. Creyendo que se trataba de un error, o que, como mucho, se tratara de una versión, el vendedor de discos me entregó un disco de Laura Pausini.
Definitivamente, para mí sonaba completamente diferente en español. ¡Es más, también descubrí en ese momento que ha interpretado temas en portugués y en francés! Su dueto “Cuando se ama”, con Gilberto Gil, toda una eminencia de la canción en Brasil, fue absolutamente increíble. Pero la lista de dúos no termina ahí, puesto que ha cantado junto a Michael Buble, Celine Dion y Luciano Pavarotti (a quien dedicó su segundo premio Grammy, de los cuatro con que cuenta ahora). También ha participado en bandas sonoras de largometrajes como “Mensaje en una botella” o “Pokémon 2000”. La onda expansiva de la que fue una tímida chica de Solarolo se había propagado por todo el mundo, vendiendo más de 70 millones de discos y cautivando al público de todas partes desde aquel debut en Estados Unidos.
En Londres, tuve la ocasión de acudir (esta vez más fácilmente persuadido) a un concierto suyo en el Apolo Hammersmith. El concierto fue espectacular, la puesta en escena estuvo muy cuidada y me sorprendió para bien, puesto que lamentablemente no ocurre a menudo con muchos otros artistas, que la voz de la artista era completamente fiel a la que podía disfrutarse en sus discos; su voz y calidad interpretativa de los temas fue excelente. Fue un concierto de más de dos horas de nuevos y antiguos éxitos, en que se entregó a un público de diferentes procedencias, a los que se refirió en diferentes idiomas, alternando con una facilidad pasmosa.
Ahí me encontraba yo, preguntándome cómo era posible haber pasado por alto tanto tiempo a una artista única.
Cuando tuve ocasión de encontrarme con ella personalmente, le pregunté acerca del concierto “Amiche per L’Abruzzo” que organizó en favor de las víctimas del terremoto de Abruzzo de 2009. Me contó que resultó a la vez ser un reto y una experiencia inigualable: “Ver el estadio San Siro, donde normalmente juegan equipos de fútbol de Milán, lleno con 60.000 personas cantando junto a todos los que componíamos el cartel fue el mejor regalo que nuestros fans podían hacernos”. El concierto recaudó 2.947.916 euros.
También le pregunté acerca de cuando cantó para Barbra Streisand o para el Papa Juan Pablo II, y de éste último afirmó ser un hombre de extraordinario carisma y fue un gran honor; a pesar de estar abiertamente en desacuerdo con algunas de las ideas de la Iglesia Católica: “Creo que Dios es amor. A mí me enseñaron a respetar a todo el mundo. Ése es el tipo de Dios en que creo”.
En cuanto a Barbra, sintió una gran emoción de poder cantar en su cumpleaños y ser reconocida por “una de las mayores leyendas de la canción”. También aprovechó para recordar a Luciano Pavarotti, del que guarda un tierno recuerdo y al que dedicó el Grammy que ganó por su álbum “Io canto”, un recopilatorio de canciones de diferentes artistas italianos.
Junto con el reconocido cantante Andrea Bocelli, Laura es la voz italiana que más discos ha vendido en todo el mundo (un total de más de 70 millones de copias), cuenta en su repertorio con temas escritos exclusivamente para ella por Madonna, Tim Rice o Phil Collins; ha cantado junto a James Blunt “La primavera in anticipo” (“You Are My Early Spring”) por el que le concedieron su cuarto premio Grammy en 2009.
A pesar de su amplio reconocimiento, La Pausini ha sabido impecablemente mantener su vida privada separada de la profesional. Su repercusión mediática se debe únicamente a su labor como cantante, un camino que ha caminado por sí misma, siempre hacia delante. Realiza puestas en escena impecables y se ha preocupado de llegar a sus fans en sus diferentes idiomas. Está involucrada en numerosas acciones humanitarias, e incluso llegó a recibir una carta personal de Kofi Annan, antiguo secretario general de las Naciones Unidas, para agradecerle su labor.
Ahora, la artista prepara el lanzamiento, y posterior gira, de su nuevo disco. Aún sin fecha de lanzamiento confirmada, Laura anunció a todos sus fans a través de Facebook que en otoño de 2015 su trabajo “Simili” (“Similares”) verá la luz. Un álbum de canciones inéditas que debe su título a la identificación que siente la cantante con sus fans, de los que se siente realmente próxima.
A pesar de todo su éxito, Laura insiste en que sigue siendo esa chica de Emilia Romagna que simplemente ha conseguido alcanzar su sueño. Es muy fácil creerlo. Cuando tratas con ella personalmente te das cuenta de que no ha perdido en absoluto ese genuino, casi inocente, sentido de la realidad. Su sueño sigue siendo el mismo que era antes: cantar. Al principio, quería hacerlo para poder seguir a su padre (también cantante, a menudo en tours por Italia), ¡aunque ahora es él el que la sigue a ella alrededor del mundo! Siempre que puede, le invita a cantar con ella en el escenario y, asegura, el sentimiento que le provoca se mantiene igual. La Pausini, como es comúnmente conocida entre los italianos, tiene una auténtica y real historia: la de una modesta cantante que se convirtió en una modesta superestrella.
Traducido por José Luis Munuera García